El cliente nos comenta que desde muy joven emigró a Estados Unidos de Norteamérica, con el fin de apoyar económicamente a su madre, quien años atrás había quedado viuda y a cargo de 3 hijos.
Ya radicado en California, empieza a enviarle mensualmente dinero a la madre, dinero que en un principio es empleado para mantener a los hermanos menores del cliente, dándole el oficio de panadero al menor de los hermanos, en tanto que al segundo hijo se le brindó la posibilidad de estudiar una carrera universitaria.
El cliente continúo enviando dinero a su madre, con el fin de remodelar la casa familiar, e incluso, cuando al cliente lo ascendieron de puesto, le envía dinero para que ésta se compre un auto usado.
Pasados más de 20 años, la madre del cliente fallece sin que éste pueda regresar al país, debido a que su estancia era ilegal, aunado a que en ese momento, el cliente ya se encontraba en el proceso para regularizar su situación legal en ese país, por lo que, no podía salir del país.
Pasado el funeral de la madre, el segundo hijo, le comenta a nuestro cliente, que él se regresará a vivir a la casa de su madre, con el fin de cuidarla, pero que cuando él pueda venir a México se repartirán los bienes de su madre.
Así transcurren cinco años, hasta que un día un primo del nuestro cliente le llama para comentarle que la casa de su madre la estaban vendiendo, por lo que se comunica con su hermano menor y éste le comenta que su otro hermano ya “hizo escrituras de la casa”.
Es en esta etapa que el cliente nos contrata, con el fin de anular el trámite que hizo su hermano; para esto, le informamos al juez que existían además del segundo hijo, otros dos hijos, nuestro cliente el hijo mayor, y el hijo menor de oficio panadero.
Agotado el juicio en todas sus etapas, el juez reconoció a los otros hijos también como herederos y decretó la nulidad de la escritura en donde el hermano de nuestro cliente aparecía como el único dueño de la casa familiar.